En post anteriores hemos hablado de la preparación de tu presentación, te hemos dado pautas para que definas el objetivo de tu discurso y te hemos proporcionado 5 tips para que controles tu postura corporal a la hora de hablar en público.
Ahora, queremos que REFLEXIONES sobre el lenguaje que utilizas contigo mismo. Y es que sabemos que tanto antes como durante la oposición se generan una serie de emociones y estados de ánimo: nervios, miedo, inseguridad, agobio, bloqueos, etc. ¿Cómo puedes gestionar esas emociones? Todo empieza por el lenguaje que utilizas cuando te hablas a ti mismo. Para ello, te sugerimos los siguientes ejercicios:
- Anota las emociones y sentimientos que te genera el hecho de prepararte la oposición.
Ejemplo: Tengo miedo de que me salga mal o que no me salgan las palabras en el tribunal.
- Anota lo que te gustaría conseguir.
Ejemplo: Dejar de tener miedo y no sentirme inseguro/a.
- Modifica el mensaje anterior y formúlalo en positivo.
Ejemplo: Quiero sentirme seguro/a, confiar en mis posibilidades y si algo no sale como esperaba habrá sido un aprendizaje.
Pregúntate qué te dices a ti mismo y empieza a modificar tu lenguaje, eso te ayudará a ganar mayor confianza y a visualizar lo que quieres conseguir.
“Las conversaciones más importantes son las que mantienes contigo mismo”
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